jueves, 12 de enero de 2012

Capítulo 3

Las chicas y yo pasamos una semana intentando contactar con Lucia, pero nada. Las clases ya habían empezado y yo ya estaba agobiada.
Necesitaba desconectar por un tiempo, por lo menos este fin de semana así que decidí quedar con Paula, una amiga de hace mucho tiempo, que nos vemos pues ¿Siempre? Me propuso ir a Madrid todo un día las dos solas así me olvidaría de todo el tema de Lucia y podría disfrutar por un día.
Llegamos en la estación en lo que me pareció un tiempo eterno, pero por fin llegamos. Lo primero que hicimos fue irnos directas a un starbucks, eran las 9 de la mañana y no habíamos desayunado.
-Un capuchino descafeinado con nata y otro igual pero sin nata-Dijo Paula con su voz de profesional pidiendo en las tiendas-.
-Oído cocina-Dijo el chico pelirrojo que estaba detrás del mostrador-, ¿Algo más?
-No gracias-Dije yo mirándole a los ojos azules-.
Nos dio los cafés y nos salimos a la terraza. Paula se trajo la cámara así que la sacó y empezamos a hacernos fotos chorras. La cámara era una reflex de las buenas buenas, a su padre le había costado un pastón y como se la rompiera a los 3 días ya estaba enterrada bajo tierra.
-Que raro, un pelirrojo con ojos azules-Soltó de pronto Paula-.
-Es mono.
-Ya, pero es extraño.
-Bueno, que eso ¿Nos vamos ya?
Paula asintió y nos levantamos a la vez. Pasamos la mañana andando, riendo, cantando, bailando, haciendo fotos y sobre todo, disfrutando del momento. Se nos pasó el tiempo volando porque cuando mi madre me llamó eran ya las 7:15. Me dijo que fuéramos ya a la estación para volver a casa y en cuanto colgué me volvieron a llamar, era Natalia ¿Que querría?
-¿Clara?
-Que.
-Tía, Lucia se ha borrado el tuenti. Ya no podemos hablar con ella o por lo menos gratis.
-¿Que dices tía?
-Que si, que si y creo que también se a cambiado el teléfono.
-Joder... bueno, cuando llegue a casa te llamo y ya hablamos.
-¿Donde estas?
-Pues ahora mismo cruzando un calle de Madrid.
-Que guarra eres, bueno, que cuanto llegues urgente.
-Vale, lo aré.
Colgué y me quedé mirando el móvil unos segundos hasta que Paula me llamó y me cogió del brazo tirando de mi y haciéndome chocar con una señora mayor que me gruñó y luego apartó la mirada.
Llegamos a la estación sofocadas por la carrera que habíamos hecho. Nos montamos en el tren y las dos suspiramos a la vez, a los 5 minutos estábamos las dos dormidas.
Justo me desperté cuando el tren paró en nuestra parada. Desperté a Paula que me gruñó y finalmente se levantó medio atontada.
Cuando llegué a casa mi madre me dio una carta que me habían mandado. Vi que venia de Alemania, ¡¿Alemania?! La abrí corriendo y empecé a leer.

                          Hola Clara,
                     Esta es la única forma que tengo de contactar con 
                     vosotras. Ya estoy instalada y bueno, no entiendo
                     nada de lo que me dicen, cuando hablan parece
                     como que se van a ahogar. Os habréis fijado de que
                     ya no tengo tuenti, me han obligado mis padres.
                     No sé que más poner, solo que os quiero mucho y
                     que os hecho muchísimo de menos.
                                                                                       Lucia.


Observé la carta unos segundos y luego empecé a buscar alguna dirección o algo parecido a un móvil, pero nada, no había nada más que lo que había escrito y mi dirección. Me fui corriendo a por el teléfono para llamar a Natalia. Uno, dos, tres pitidos y finalmente me lo cogió. La leí la carta y le conté todo lo que había hecho hoy, la había comprado un regalo.
-Joder Clara que fuerte... se a ido, así sin más.
En ese momento mi móvil empezó a soñar, era un número desconocido así que me despedí de Natalia y la prometí que la llamaría justo después de colgar. Miré un segundo el móvil y lo cogí.
-¿Si?
-Hola Clara-Dijo una voz con ese acento que me vuelve loca-.
-¿Lucas?
-Si el mismo.
-¿Como es que tienes mi número?
-Tengo contactos.
-Oh... Bueno ¿ Querías algo?
-Si, bueno, aparte de oír tu voz me preguntaba...
-¿Si?
-¿Quieres quedar mañana?-Dijo de golpe, como si le hubiera costado una barbaridad.
-Claro, ¿Por qué no?
-¡¿Enserio?!-Dijo ilusionado- Vale, pues entonces mañana a las 6:30 en... en el parque de enfrente del instituto.
-Me parece bien
-Bueno pues, allí te espero. Adiós.
-Adiós.
En cuanto colgué empecé a dar saltos por la casa como una loca y me acordé de Natalia, tenia que contárselo. La llamé corriendo y se lo solté de golpe y empezamos las dos a dar gritos y a reírnos, después de colgarla me fui a mi habitación y me aburría tanto que me puse a estudiar (raro en mi) hasta que me quedé dormida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario