miércoles, 28 de agosto de 2013

Capítulo 61

Fui directamente hacia ella, quería cogerla y llevarla lejos. Ella ni si quiero opuso resistencia, simplemente se dejó llevar.
Todos miraban mientras que yo la llevaba lejos de allí, dejos del niño, lejos de sus amigos, lejos de Kit.
Maldito Kit, cuanto daño había hecho en tan poco tiempo, nunca había odiado tanto a una persona pero ahora sabía lo que realmente era el odio. Cada vez que le viera no podría aguantar las ganas de arrancarle la cabeza aunque estaba seguro de que Clara no me lo permitiría, sentía algo por el.
Poco a poco la fui soltando para que ella pudiera volar por su cuenta, los dos seguíamos cogidos de la mano, pero en ningún momento nos miramos a la cara.
-¿A donde vamos?-Me pregunto con esa voz tan dulce. Sabía que me estaba mirando pero no quería hacerla caso porque sabía que si la miraba, la besaría.
-Lucas-Esta vez subió el tono de voz- ¿Que a donde vamos?
Seguí sin contestarla y ella suspiró.
-No lo sabes ¿Verdad?
-¿Por qué me has hecho esto?-Solté de repente, y entonces ella se quedó parada, suspendida en el aire-¿Por qué?-Esta vez la miré a los ojos mientras la hablaba.
-Porque estaba asustada Lucas-Me miró con los ojos llorosos, se me encogió el corazón-, vamos a tierra firme por favor. ¿Donde estamos?
Miré para abajo, estábamos en Grecia.
-En Grecia, hemos corrido muy rápido.
-Bajemos por favor.
Los dos comenzamos a descender a la vez, ella iba delante a varios metros de mi, mientras yo la observaba por detrás. Sus movimientos eran realmente ágiles y coordinados, como si lo hubiera hecho toda su vida.
Poco a poco empezamos a ver tierra, íbamos directos a la isla de Creta.
Aterrizamos en un extenso bosque, ella estaba a unos metros de mi y me miraba avergonzada, la dejé que se tomara su tiempo antes de que empezara a hablar.
-Estuve más de una semana sola, sin ti, después me pasa esto y de pronto me sueltas que quieres un hijo Lucas. Se me amontonó todo y no sabía que pensar.
-Me estás diciendo que no tienes claros tus sentimientos ¿No es así? No tienes claro lo que sientes por mi.
Clara se quedó callada. Cada segundo que pasaba se me hacía eterno ¿Por qué no me contestaba? ¿En serio no tenia claro sus sentimientos hacia mi?
-Te quiero Lucas, pero...
-Me encantan tus te quiero, pero me estoy cansando de tus pero, Clara.
Nos quedamos mirándonos unos minutos, nadie hablaba, nadie respiraba, ninguno pensaba, simplemente nos mirábamos. Nunca había visto sus ojos tan tristes, no lloraban, simplemente estaban tristes.
-Lo siento Lucas, no puedo seguir con esto-Se fue elevando poco a poco en el aire-, no podemos seguir juntos, no de momento-Y entonces se elevó en el aire dejándome allí solo, destrozado por completo-.


-Sabéis que ahora vendrán a por vuestra amiga ¿No?-El niño andaba de un lado para otro de la habitación mientras nosotros pasmados le seguíamos con la mirada- Ellas me lo dicen, dicen que vendrán a por ella, a por la nueva diosa.
-Nueva ¿Qué?-Dije mientras que Paula se agarraba a mi mano con fuerza- ¿No se supone que nosotros eramos vástagos? ¿Semi dioses?
-Vosotros, no ella.
Todos nos quedamos callados, Mark y Natalia se abrazaban mientras que Kit se mantenía alejado del resto. El niño nos miraba sonrientes y en ese momento caí en una cosa.
-¿Ellas te lo dicen?-Dije en un susurro- No me digas que tu eres...
-El oráculo, si.
Noté como Mark tensaba el cuerpo y paraba de respirar. Teníamos delante de nuestras narices al mismísimo oráculo. El que decía todas las profecías, el que mandaba sobre nosotros.
-¿No se supone que el oráculo debería ser una mujer?-Preguntó Mark algo confuso.
-Soy una mujer.
Todos nos quedamos callados, nos miramos unos a otros y vi como mi hermano aguantaba la respiración para no estallar en carcajadas.
-¿Que me estás contando?-De pronto Clara apareció por la puerta-¿En serio eres una chica?
La oráculo la miró desafiante y Clara, sin dejar de mirarla, la sonrió y se dejó caer en el sofá. ¿Como podía comportarse así? ¡Era el oráculo! Clara seguía a los suyo sin prestarle demasiada atención. Yo la miraba incrédulo, de verdad que no podía creer su actitud y de pronto Lucas apareció sin hacer ruido.
-¿Todavía no te has ido?-Le dijo al oráculo mientras se apoyaba en una pared.
-No, pero bueno. Solo había venido a avisaros. Ya me voy. Se giró para mirar la puerta un segundo y después volvió a mirarme.
-Eres clavado a Eneas ¿Lo sabías?
Yo asentí, todo el mundo me repetía lo mismo, que era igual que Eneas, el soldado que luchaba codo con codo con Héctor.
-Y Clara-Dijo la muchacha antes de irse-, vendrán a por ti pronto. Los dioses vendrán a destruirte.
Clara se levantó de golpe y la miró a los ojos, la miraba de una forma tan salvaje que me asustó, ella no era Clara.
-Veo que puedes ver los sentimientos de los demás como Arsen, ¿A que también puedes detectar mentiras? ¿Y respirar bajo el agua? Estoy segura de que si.
Y de pronto, la pequeña niña desapareció sin dejar rastro. Clara volvió a tumbarse en el sofá, resoplando y de pronto me di cuenta de un pequeño fallo. Kit y Lucas estaban en la misma habitación.
Vi una sombra que se abalanzo sobre Kit, Lucas había empezado la pelea. Clara se levantó lentamente y observó como los dos forcejeaban en el suelo, estaban peleando por ella. De repente Clara extendió los brazos y los dos quedaron suspendidos en el aire, Lucas estaba totalmente quieto mientras que Kit seguía dando patadas y puñetazos al aire.
De repente los dos salieron propulsados, cada uno hacia un lado. Revotaron los dos contra la pared, se quedaron pasmados mirando a Clara mientras que ella tenía una expresión monótona en la cara.
-Si vamos a convivir bajo este techo todos juntos-Les miró a los dos con detenimiento-, no quiero peleas o tendré que hacer algo al respecto-Su voz retumbó por toda la casa, parecía una verdadera diosa-.
Después de aquella escena, Clara subió las escaleras lentamente y después se encerró en su habitación.
Nadie dijo nada, nadie se movía, todos nos asustamos con su comportamiento.
-Esta no es la Clara de siempre-Dijo Paula mientras se sentaba en el sofá-, ahora da miedo.