miércoles, 28 de agosto de 2013

Capítulo 61

Fui directamente hacia ella, quería cogerla y llevarla lejos. Ella ni si quiero opuso resistencia, simplemente se dejó llevar.
Todos miraban mientras que yo la llevaba lejos de allí, dejos del niño, lejos de sus amigos, lejos de Kit.
Maldito Kit, cuanto daño había hecho en tan poco tiempo, nunca había odiado tanto a una persona pero ahora sabía lo que realmente era el odio. Cada vez que le viera no podría aguantar las ganas de arrancarle la cabeza aunque estaba seguro de que Clara no me lo permitiría, sentía algo por el.
Poco a poco la fui soltando para que ella pudiera volar por su cuenta, los dos seguíamos cogidos de la mano, pero en ningún momento nos miramos a la cara.
-¿A donde vamos?-Me pregunto con esa voz tan dulce. Sabía que me estaba mirando pero no quería hacerla caso porque sabía que si la miraba, la besaría.
-Lucas-Esta vez subió el tono de voz- ¿Que a donde vamos?
Seguí sin contestarla y ella suspiró.
-No lo sabes ¿Verdad?
-¿Por qué me has hecho esto?-Solté de repente, y entonces ella se quedó parada, suspendida en el aire-¿Por qué?-Esta vez la miré a los ojos mientras la hablaba.
-Porque estaba asustada Lucas-Me miró con los ojos llorosos, se me encogió el corazón-, vamos a tierra firme por favor. ¿Donde estamos?
Miré para abajo, estábamos en Grecia.
-En Grecia, hemos corrido muy rápido.
-Bajemos por favor.
Los dos comenzamos a descender a la vez, ella iba delante a varios metros de mi, mientras yo la observaba por detrás. Sus movimientos eran realmente ágiles y coordinados, como si lo hubiera hecho toda su vida.
Poco a poco empezamos a ver tierra, íbamos directos a la isla de Creta.
Aterrizamos en un extenso bosque, ella estaba a unos metros de mi y me miraba avergonzada, la dejé que se tomara su tiempo antes de que empezara a hablar.
-Estuve más de una semana sola, sin ti, después me pasa esto y de pronto me sueltas que quieres un hijo Lucas. Se me amontonó todo y no sabía que pensar.
-Me estás diciendo que no tienes claros tus sentimientos ¿No es así? No tienes claro lo que sientes por mi.
Clara se quedó callada. Cada segundo que pasaba se me hacía eterno ¿Por qué no me contestaba? ¿En serio no tenia claro sus sentimientos hacia mi?
-Te quiero Lucas, pero...
-Me encantan tus te quiero, pero me estoy cansando de tus pero, Clara.
Nos quedamos mirándonos unos minutos, nadie hablaba, nadie respiraba, ninguno pensaba, simplemente nos mirábamos. Nunca había visto sus ojos tan tristes, no lloraban, simplemente estaban tristes.
-Lo siento Lucas, no puedo seguir con esto-Se fue elevando poco a poco en el aire-, no podemos seguir juntos, no de momento-Y entonces se elevó en el aire dejándome allí solo, destrozado por completo-.


-Sabéis que ahora vendrán a por vuestra amiga ¿No?-El niño andaba de un lado para otro de la habitación mientras nosotros pasmados le seguíamos con la mirada- Ellas me lo dicen, dicen que vendrán a por ella, a por la nueva diosa.
-Nueva ¿Qué?-Dije mientras que Paula se agarraba a mi mano con fuerza- ¿No se supone que nosotros eramos vástagos? ¿Semi dioses?
-Vosotros, no ella.
Todos nos quedamos callados, Mark y Natalia se abrazaban mientras que Kit se mantenía alejado del resto. El niño nos miraba sonrientes y en ese momento caí en una cosa.
-¿Ellas te lo dicen?-Dije en un susurro- No me digas que tu eres...
-El oráculo, si.
Noté como Mark tensaba el cuerpo y paraba de respirar. Teníamos delante de nuestras narices al mismísimo oráculo. El que decía todas las profecías, el que mandaba sobre nosotros.
-¿No se supone que el oráculo debería ser una mujer?-Preguntó Mark algo confuso.
-Soy una mujer.
Todos nos quedamos callados, nos miramos unos a otros y vi como mi hermano aguantaba la respiración para no estallar en carcajadas.
-¿Que me estás contando?-De pronto Clara apareció por la puerta-¿En serio eres una chica?
La oráculo la miró desafiante y Clara, sin dejar de mirarla, la sonrió y se dejó caer en el sofá. ¿Como podía comportarse así? ¡Era el oráculo! Clara seguía a los suyo sin prestarle demasiada atención. Yo la miraba incrédulo, de verdad que no podía creer su actitud y de pronto Lucas apareció sin hacer ruido.
-¿Todavía no te has ido?-Le dijo al oráculo mientras se apoyaba en una pared.
-No, pero bueno. Solo había venido a avisaros. Ya me voy. Se giró para mirar la puerta un segundo y después volvió a mirarme.
-Eres clavado a Eneas ¿Lo sabías?
Yo asentí, todo el mundo me repetía lo mismo, que era igual que Eneas, el soldado que luchaba codo con codo con Héctor.
-Y Clara-Dijo la muchacha antes de irse-, vendrán a por ti pronto. Los dioses vendrán a destruirte.
Clara se levantó de golpe y la miró a los ojos, la miraba de una forma tan salvaje que me asustó, ella no era Clara.
-Veo que puedes ver los sentimientos de los demás como Arsen, ¿A que también puedes detectar mentiras? ¿Y respirar bajo el agua? Estoy segura de que si.
Y de pronto, la pequeña niña desapareció sin dejar rastro. Clara volvió a tumbarse en el sofá, resoplando y de pronto me di cuenta de un pequeño fallo. Kit y Lucas estaban en la misma habitación.
Vi una sombra que se abalanzo sobre Kit, Lucas había empezado la pelea. Clara se levantó lentamente y observó como los dos forcejeaban en el suelo, estaban peleando por ella. De repente Clara extendió los brazos y los dos quedaron suspendidos en el aire, Lucas estaba totalmente quieto mientras que Kit seguía dando patadas y puñetazos al aire.
De repente los dos salieron propulsados, cada uno hacia un lado. Revotaron los dos contra la pared, se quedaron pasmados mirando a Clara mientras que ella tenía una expresión monótona en la cara.
-Si vamos a convivir bajo este techo todos juntos-Les miró a los dos con detenimiento-, no quiero peleas o tendré que hacer algo al respecto-Su voz retumbó por toda la casa, parecía una verdadera diosa-.
Después de aquella escena, Clara subió las escaleras lentamente y después se encerró en su habitación.
Nadie dijo nada, nadie se movía, todos nos asustamos con su comportamiento.
-Esta no es la Clara de siempre-Dijo Paula mientras se sentaba en el sofá-, ahora da miedo.

lunes, 20 de mayo de 2013

Capítulo 60

-Un hijo-Lucas me lo dijo seriamente, pero yo no pude reprimir las ganas de reír estaba demasiado nerviosa, me temblaba el cuerpo entero-.
-¿Estás de broma no?-Dije con una risa nerviosa, cada vez temblaba más-¿No lo dirás en serio?
-No, Clara, no estoy de broma..-Se quitó de encima mía, con cara de decepción, y se sentó al borde de la cama- Dios... Lo siento he sido tan brusco...
Me  puse delante suya al segundo, sentada en el suelo, para poder mirarle a los ojos. No sabría decirte si estaba a punto de llorar o solamente miraba al suelo fijamente. Le cogí su mano derecha, me miró a los ojos y por fin me di cuenta de que si, estaba llorando.
-¿Por qué?-Le pregunté- Somos jóvenes, tenemos toda una vida por delante.
-¿Y si nos pasa algo? ¿Y si te pasa otra vez lo mismo? Te secuestran, o algo peor... Clara no podría soportarlo y...  y pensé que si teníamos un hijo por lo menos tendría una parte tuya.
-Yo... Lucas... No se que decirte... Es pronto...
-Ya lo se mi vida-Dijo acariciándome la mejilla y mirándome a los ojos-, es precipitado y no lo pido ahora, pero me gustaría que fuera pronto.
-Pronto...-Dije inconscientemente y me levanté para besarle e irme a la cama, a su lado-.
Esa noche no dijimos ni una sola palabra más, simplemente nos dormimos abrazados, mirándonos a los ojos.
A la mañana siguiente me desperté sola en la cama. Miré el reloj, las 4:30.
Nadie había sido capaz de levantarme, les daba las gracias, estaba muy cansada, demasiado para mi gusto.
Me levanté de la cama y me miré las manos, me notaba diferente, más fuerte, muchísimo más segura de mi misma ¿Esto es lo que se siente al ser uno de ellos? Me gustaba.
Y de repente me vino una imagen a la mente, la de anoche, quiere un hijo.
Empecé a ponerme nerviosa ¿Por qué ahora? Sin pensarlo dos veces me fui directamente a la cocina, estaba demasiado nerviosa, necesitaba moverme. Al entrar en el salón estaban todos sentados en silencio, Paula estaba tumbada en el regazo de Arsen mientras que el le acariciaba el pelo. Mark y Natalia estaban abrazados en una esquina del salón y Lucas aparecía en ese momento. Sin pensármelo dos veces fui a abrazarle.
-Lo siento-Le susurré al oído, aunque sabía perfectamente que todos me habían oído-.
El simplemente me abrazó y me besó la frente. Después nos separamos y nos quedamos mirándonos, como hacía tiempo que no lo hacíamos. Y de pronto vi a Kit, en frente mía, mirándome con esos ojos que durante una semana me habían vigilado, cuidado, querido.
Parpadeé un par de veces y me separé de el. Cerré los ojos 3 segundos y cuando los volví a abrir Kit ya no estaba, solo estaba Lucas, mi novio, el amor de mi vida.
-¿Estás bien?-Me preguntó asustado- Tienes mala cara.
-No... no me encuentro bien-Y al segundo ya estaba en mi habitación, había huido-.
Me tumbé en la cama y me acordé de lo que me dijo Helena. Tengo que saber a quien quiero de verdad, y ese era Lucas ¿No? ¿Y si era Kit?
Miles de dudas comenzaron a acumularse en mi cabeza. Estaba muy mareada y comencé a actuar sin pensar. Escribí una carta de despedida y metí en una pequeña maleta todo lo necesario para pasar fuera unos días. Necesitaba salir de aquella casa, necesitaba estar sola, sin nadie, sin Lucas.
justo cuando cerraba la maleta alguien llamó a la puerta. "Ahora o nunca" pensé, y al segundo ya estaba saliendo por la ventana y justo cuando emprendí el vuelo abrieron la puerta, pero ya era tarde, ya estaba lejos de allí, lejos de todo.

Llamé a su puerta, pero nadie contestaba, absolutamente nadie. Llamé de nuevo, pero nada. Así estuve durante unos segundos hasta que me harté y abrí la puerta de golpe. Al entrar se me paró el corazón y por poco me desmayo. Los cajones estaban totalmente deshechos, la ventana abierta de par en par, y lo peor de todo, había una carta encima de la cama.
La cogí con la mano temblorosa y nada más empezar a leerla se me empañaron los ojos, pero al terminar de leerla lloraba, mucho, muchísimo. Lloraba por pura impotencia y rabia. No ponía donde iba, ni porqué pero estaba seguro de cual era el motivo. Era todo por mi culpa, por lo de anoche, estoy seguro de que fue eso, no hay otra manera de explicarme el por qué se a ido.
La rabia me consumía y sin pensar lo que hacía di un puñetazo a la pared dejándola completamente destrozada.
Mark apareció en ese mismo instante en la habitación, seguido por Arsen. Al segundo ya me estaba sujetando con fuerza, me había vuelto loco.
Las chicas aparecieron en ese momento.
-¿Que está pasando?-Preguntó Paula asustada, pero no me dio tiempo a contestarla.
En ese momento alguien llamó a la puerta y fui corriendo con la esperanza de que fuera ella, estaba entusiasmado, pero cuando abrí aquella puerta me quedé pálido y asustado ¿Que hacía el ahí?

Estaba a pocos kilómetros de llegar al espacio, ya me faltaba el aire, pero eso ahora no importaba, necesitaba encontrarla, morir de nuevo. Y antes de llegar, alguien me cogió por el tobillo derecho y tiró de mi. Empecé a caer hasta que alguien me abrazó y me rodeó con sus fuertes brazos tatuados. Cuando miré hacia a arriba, cuando vi su rostro, se me paró el corazón a la vez que le sonreía.
-Kit-Susurré, aunque ahí arriba se oía como si hubiera gritado su nombre a pleno pulmón-.
Y el sin contestar, me besó.

Cuando Lucas abrió la puerta todos los estremecimos, en especial el. Aquel niño estaba en nuestra puerta, aquel mismo que me había tirado contra una pared por ser una de las elegidas, aquel que dejó a Paula inconsciente y mató a Clara y a aquella chica ¿O solo la dejó inconsciente? Nadie lo sabíamos, en aquel momento solo teníamos ojos para Clara.
-¿Que haces aquí?-Preguntó Lucas con la voz temblorosa.
El niño simplemente sonrió a Lucas y de pronto salió despedido por los aires hasta chocarse bruscamente contra la pared, dejando un agujero el doble de su cuerpo.
El niño avanzaba mientras que nosotros nos apartábamos a su paso. Me fijé en que venía solo, algo que por un instante me alivió, pero al segundo me vino a la mente lo que es capaz de hacer y me estremecí.
En aquella casa era la única que no podía hacer grandes esfuerzos ¡Estaba embarazada! no puedo hacer gran cosa.
Mark se acercó a mi y me cogió la mano, algo que agradecí.
-¿Donde está ella?-Preguntó el pequeño con voz inocente.
-Se a ido-Dijo Lucas desde el otro extremo de la habitación, intentaba ponerse de pie-, a dejado una nota.
-¿Se ha ido? Eso es que está confusa o...
-¿O?-Pregunté involuntariamente, el niño me miró con una sonrisa cálida que me heló todo el cuerpo.
-O puede que esté con Kit.
Noté como Lucas se ponía rígido, apretó el puño y antes de que pudiera decirle nada, salió despedido por la ventana, se había ido lejos.
-Vaya, parece que todos en esta casa huis ¿Verdad?
Nadie dijo nada, simplemente nos quedamos callados. Y de repente algo calló del cielo, dos personas empezaron a forcejear y me di cuenta de quienes eran. Al segundo un rayo cayó encima de ellos.
-¡PARAR!-Clara gritaba mientras que descendía del cielo, los dos chicos estaban tumbados en el suelo chamuscados.
De pronto Lucas, el menos afectado, se levantó de un golpe y se tiró contra Clara, no podía creerlo.

domingo, 10 de marzo de 2013

Capítulo 59

-¿Hola?-Fue lo único que pude decir antes de quedarme sin habla, no estaba en ningún lado.
Ya no sentía el metálico sabor de la sangre por la garganta, ni como se me cerraban los pulmones, y lo peor de todo, notar como se me paraba el corazón.
Todo lo que me rodeaba era blanco, no había nada más aparte de mi, pero de pronto la imagen más hermosa que había visto en mi vida apareció delante de mi.
-Hola hermosa-Su dulce voz me calmó pro completo, dejándome completamente paralizada-, ¿Sabes quien soy?
-Helena, Helena de Troya-Dije sin pensar, no sabia quien era, en la vida la había visto-.
-Correcto-Yo me quedé patidifusa, ¿Como era posible?-. Cariño-Me cogió la mano con suma delicadeza-, ahora... ahora serás uno de nosotros y prométeme que los usarás bien, con responsabilidad.
-Pero yo...
-Espera, no tenemos mucho tiempo. Ahora despertarás y serás más fuerte que todos los que te rodeen, pero contrólate, inténtalo con todas tus fuerzas y sobre todo, no olvides a quien amas.
-¿Que?-De pronto empezó a desvanecerse, ¿O era yo?-¡Espera!
-Se fuerte-Y entonces, desapareció-.
Noté como poco a poco mi cuerpo comenzaba a funcionar de nuevo. Primero el cerebro, mis pensamientos empezaron a sonar en mi cabeza, después el corazón, los pulmones se expandieron y por fin empecé a sentir, a oír y lo que oía no me gustaba, nada. Llantos, tos y respiraciones forzadas, todo se oía a la perfección. Abrí los ojos y lo primero que vi fue un techo de madera de roble muy bien construido, después me miré y llevaba un vestido de gala, me levanté de golpe y los sollozos y respiraciones cesaron. Algunas personas gritaron, otras se quedaron petrificadas y una de ellas, mi madre, cayó desmayada al suelo. De pronto visualicé a Lucas.
-¡Clara!-Vino corriendo hacia mi y me abrazó-¡No, no puede ser! ¡ESTABAS MUERTA!-Las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas y yo no pude contener las ganas de besarle, pero esta vez fue un beso con miles de sentimientos más, más sensaciones, más placer.
Todos nos miraban y me levanté de aquel horrible ataúd, estábamos en mi velatorio y todo el mundo me miraba, asustado.
-¿Que trola has contado?-Lucas ya no lloraba pero me abrazaba contra el con fuerza.
-Te encontramos muerta en la cama-Me aclaré la garganta antes de comenzar a hablar, mi madre ya estaba despierta y ahora lloraba-.
-Quiero que olvidéis todo esto, nunca ha ocurrido-Dije con las manos extendidas hacia delante concentrándome en cada uno de ellos, menos en los únicos que sabían la verdad-, ahora, todos saldréis por la puerta, os iréis a casa y mañana sonreiréis nada más levantaros.
Todos me miraban y me di cuenta de que estaban allí Lucia y Marina, pero no podía permitirme que supieran todo esto, era demasiado. Todos asintieron a la vez y comenzaron a incorporarse mientras que Lucas y los demás me miraron atónitos pero yo no quise decir nada hasta que no saliéramos de aquel sitio.
Cuando salimos a la calle cogí de la mano a Lucas y lo supe, supe que podía volar. Me concentré en cada una de mis células y al segundo ya estábamos a kilómetros de allí, ascendíamos en el aire.
-¡Clara! T-tu... ¿Que eres?
-Uno de vosotros-Le dije con una sonrisa-, lo soy y... y no me lo creo.
-Oh dios mío, eres... como yo-De pronto me abrazó y empezamos a besarnos, cada vez con más y más intensidad hasta que perdí un poco el equilibrio, me estaba desconcentrando-.
-Espera-Le paré-, aquí no, podríamos caer...
-Cuéntame lo que a pasado en estos 3 días que no estás aquí.
-¡¿Tres días?! ¡Pero si han sido 2 minutos!
-No Clara, han sido 3 días.
-No puede ser...
-¡Clara!
-Yo.. bueno, estaba  todo blanco hasta que apareció la chica más guapa que he visto en mi vida, me dijo que era Helena de Troya, bueno en realidad lo dije yo, y bueno, me dijo que ya era uno de vosotros y ya está. Que me controlara y que tuviera claro a quien amaba de verdad. A sido muy extraño Lucas, pero yo... yo...-De pronto empecé a marearme y empecé a caer, Lucas consiguió agarrarme y conseguí volver a volar hasta casa-.


Volvimos a casa callados, nada se escuchaba, tal era el shock que a veces se me olvidaba parpadear y se me secaban los ojos. Entramos a casa como almas en pena y en cuanto nos sentamos en el sofá Paula gritó, así, sin más.
-¡¿Que coño haces?!-Dijo Arsen mientras la tapaba la boca-¡ Cállate ya!
-Perdón, es que antes no he podido...
-Está viva...-Dijo Mark mientras se llevaba una mano a la frente, de pronto me giré y vi por el cristal como los dos aterrizaban en el jardín a la vez, totalmente sincronizados, los dos sonreían felices y me contagié-.
-Está viva y vuela, es un dato importante-Mientras, la puerta del jardín se abría, dejando paso a las dos personas que hace un momento estaban volando en cualquier parte del mundo.
-Hola-Dijo Clara demasiado seria, algo había cambiado-.
Paula salió corriendo a abrazarla y Clara la correspondió con una cálida sonrisa y un abrazo. Hizo lo mismo con todos y después nos explicó todo, pero yo no creía que en esos pocos segundos hubieran pasado más de tres días, y aparte, los 3 días más largos de mi vida, aparte de los peores.
-Y entonces desperté.
-¿Pero como puede ser eso? ¿Como es que puedes controlarlos?
-No lo sé, actué sin pensar.
-Esto es alucinante-Mark pensaba en silencio mientras que Paula sonreía hacia Clara-.
De repente alguien llamó a la puerta y Lucas fue a abrir, todos los quedamos en silencio hasta que Lucas gritó.
-¡¿QUE COÑO HACES AQUÍ?! ¡FUERA DE MI CASA!
Clara al segundo desapareció de la habitación y les calló a los dos. El chico que había entrado la abrazó con fuerza a Clara mientras que una lágrima le cayó por la mejilla.
-¡Pensé que estabas muerta!-Kit estaba muy nervioso y le temblaba la voz, parecía mentira que un tío tan fuerte y atractivo pudiera estar en ese estado de debilidad- Te he echado mucho de menos sabes, es que te cogí mucho cariño y...
-¡De cariño nada!-Lucas gritó mientras se acercaba otro paso, pero Clara le disparó una mirada y el se quedó en su sitio, sumiso.
-Yo... Bueno, ahora estoy diferente-De repente Clara empezó a emitir una luz tenue y la mano de Kit se congeló en unos segundos, el la miró atónito-. Espera-Clara cogió su mano helada y la puso a unos pocos centímetros de la suya y de repente, una pequeña llama apareció en su mano derritiendo el hielo que ella misma había producido-.
Nadie decía nada, solo observábamos sorprendidos lo que la pequeña Clara podía hacer, crear. Kit se separó unos pasos de ella y después la volvió a abrazar, la susurró algo, algo que mi oído humano no pudo llegar a escuchar, después, desapareció en una milésima de segundo.
-Clara, ¿Que se supone que puedes hacer?-Lucas fue el valiente que se atrevió a contestar.
-¡Lo que quiera!-Clara parecía entusiasmada-¡Puedo hacer todo lo que piense! Mira-De repente el sofá donde los 4 estábamos sentados empezó a elevarse del suelo y alcanzó una altura lo suficientemente alta como para romperse un brazo o una pierna. Nos bajó lentamente-.


Dentro de mi había una fuerza la cual desconocía, me asustaba tanto... ¿Que era lo que me pasaba? Era fantástico, si, pero a la vez me horrorizaba, no podía hacer daño a alguien, no me lo perdonaría.
De repente la vista se me nubló y noté como mi cuerpo caía desplomado al suelo, después no sentí nada.
Empecé a visualizar una imagen borrosa, poco a poco se fue enfocando hasta mostrarme a Natalia, tumbada en una camilla y con dos bebés encima. En sus pulseras ponía Diana y Christian, el pequeño tenía los mismos ojos que su madre, pero eran verdes como los de su padre. La niña tenia los ojos de su padre, al igual que el color, los dos me sonrieron y la vista se volvió a nublar.
-¡Clara!-Lucas me cogió por la espalda y sonrió al verme abrir los ojos, al momento ya estaba totalmente bien- ¿Estas bien?
Me levanté de un salto y abracé a los papás de esas dos criaturas, les pillé sorprendidos.
-¡LOS HE VISTO!
-¡¿A quien?!-Dijeron a la vez.
-¡A Diana y Christian!
Los dos se miraron y se abrazaron corriendo.
-¡Te dije que al final se llamaría Christian!-Natalia estaba tan emocionada que lloraba-¿Y como son? ¿Guapos?
-Son preciosos-Dije con una sonrisa cálida mientras que ellos dos se volvían a abrazar-.
Pasaron más de 3 horas y todos nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones.
Lucas se metió al a ducha mientras que yo me tumbé en la cama en ropa interior, como echaba de menos aquella cama, era tan blanda. De pronto noté como alguien respiraba en mi oído y me daba un beso en el cuello.
-Quiero uno-Dijo Lucas mientras me hacía girar para mirarle a los ojos-.
-¿Un qué?
-Un hijo.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Capítulo 58

El me esperaba en la puerta con una sonrisa cordial y serena. De pronto se pasó una mano por su pelo y me hechizó por completo. Me cogió de la mano al salir de la puerta y para mi sorpresa no intenté resistirme  simplemente me dejé llevar. Empecé a analizar la situación ¿Y si me estaba manipulando? Pero no, sabía perfectamente que era yo misma la que hacía estas cosas, pero por alguna razón me dejaba llevar cada vez que me miraba. ¿Que me estaba pasando? ¿Y si me gustaba de verdad? Eso no podía ser posible, estoy con Lucas, amo a Lucas y ahora mismo esta haciendo lo imposible por intentar salvarme ¿De verdad querías a Kit? Solté su mano bruscamente, y el me miró sorprendido.
-Lo siento...-Le dije avergonzada y sin saber como volví a cogerle la mano-.
Fuimos andando por una selva, estaba bastante verde todo y no había ningún tipo de mosquito o cosas por el estilo, era extraño ¿No? Seguimos andando hasta salir de aquella pequeña selva. Estábamos en una carretera en medio de la nada, no había ningún coche solo pude ver que por el fondo un perro callejero vagaba solo, sin rumbo fijo.
-Le he llamado Fagan, es un perro que no tiene dueño-Kit empezó a hablar mientras que le miraba con una sonrisa-, de vez en cuando pasa por casa a pedirme comida. Hace ya mucho que no le veía-El perro ya nos había alcanzado y Kit me soltó la mano para acariciarle-.
-Es precioso-Dije mientras le acariciaba su pelaje gris, era un husky precioso, parecía joven de 2 o 3 años, tenia un ojo de cada color, a fin de cuentas un perro precioso-.
Kit le dio una pequeña galleta que tenia guardada en el bolsillo y el perro se la comió de un bocado, después le lamió la mano y siguió su camino. Nos quedamos mirándolo como dos idiotas hasta que uno de los dos reaccionó y seguimos la carretera. Cada vez estaba más empinada y yo cada vez estaba más cansada, gracias a dios que Kit se dio cuenta y me subió encima suya mientras que el empezaba a correr a una velocidad inhumana, incluso iba más rápido que Lucas o Mark. Solo había verde, por todas partes, era todo hermoso pero demasiado monótono. Al final paramos detrás de un gran árbol y Kit me volvió a coger la mano. Comenzamos a andar de nuevo hasta que entramos a un pequeño pueblo. Parecía desierto hasta que llegamos a la plaza que aquel pueblo, toda la gente estaba concentrada delante de un escenario.
-¿Que es esto?-Le pregunté mientras que poco a poco nos íbamos acercando a la gente.
-Tu calla y disfruta, es un pequeño espectáculo.

Mark abrió la puerta despreocupado pero cuando vio el panorama empezó a ponerse nervioso. Yo le miré y el me preguntó que la pasaba con gestos pero yo no le hice caso.
-Natalia-La dije mirándola con una sonrisa-, a llegado más.
Ella no me respondió simplemente se tiró a sus brazos. Yo aproveché ese momento para irme de allí y dejarles intimidad. Reflexioné un momento al cerrar la puerta, dentro me había dejado la llave, el desayuno y la ropa.
-Mierda.
Empecé a llamar a la puerta como un lunático y justo en ese momento una pareja de ancianos pasaban por el pasillo, estaba en calzoncillos y llamando a la puerta compulsivamente, a saber lo que pensaron en ese momento. La pareja apretó el paso para salir lo antes posible del pasillo y yo se lo agradecí. Por fin me abrieron la puerta. Mark estaba en calzoncillos mientras que Natalia ya estaba completamente desnuda, menos mal que se tapaba con la manta.
-¡No me lo puedo creer!-Empecé a gritar como un loco- ¡NO LO HAGÁIS EN MI HABITACIÓN JODER!
Natalia y Mark se miraron y salieron al pasillo. Natalia se había llevado mi manta con ella, menos mal que había otra en el armario. Me quedé mirando la puerta un segundo y después cerré de un portazo ¿Como podían hacerlo en cualquier lado? No lo entiendo. Empecé a desayunar enfadado, sentado en el sofá mientras que me repetía una y otra vez que la encontraría, encontraría a Liliana aun que me fuera la vida en ello. Me vestí con lo primero que pillé y me fui a la habitación de Kit y Paula, al pasar por la de Mark aun se oían los gritos de Natalia, malditos guarros. Llamé a la puerta de Kit unas 3 veces hasta que me abrió Paula vestida ya (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=71547940&.locale=es) y Kit apareció gusto detrás de ella.
Salimos del hotel rápidamente y empezamos a buscar, pensé que podría estar por esta zona, pero nada, buscamos durante horas hasta las 2 y media, teníamos que comer algo. Paula empezaba ya a sollozar del hambre que tenía.
Paramos a comer en un pequeño restaurante metido en un callejón, y justo cuando nos sentamos las parcas aparecieron justo detrás de Paula, ella solo podía verlas pero de pronto la camarera tiró la bandeja al suelo y se tapó los oídos.
-¿Que es esto?-Empezó a gritar- ¡¿Quienes sois?!
-¡Es ella!-Gritó un niño que por arte de magia, y de pronto 2 dos hombres estaban cogiendo a la camarera- Y vaya, parece que nos han traído a la otra.
Y antes de que nos diéramos cuenta tenían a Paula también  Arsen ya estaba apunto de saltar cuando Kit apareció con Clara en brazos. Mientras, las furias gritaban y sollozaban cada vez más fuerte.
-¡Clara!-Grité mientras salia corriendo hacia ella, pero Mark me lo impidió, el y Natalia aparecieron en ese instante.
-Ya las tenemos a las tres, y por lo que parece vosotros tendréis que presenciarlo, si no queréis morir claro-Aquel niño tenia una voz dulce  tan dulce que era aterradora. Nos sonrió y de pronto una hermosa mujer me abrazó por detrás y después miró al niño.
-Yo me encargo de este-Su sexual voz recorrió todo mi cuerpo provocándome un escalofrío que hizo que me ruborizara, Clara me miró enfadada y yo la sonreí preocupado, tenia tantas ganas de tocarla-, vamos guapo-Me cogió del culo durante un segundo y después me besó el cuello, intenté moverme pero ella no me dejó-, si lo intentas, te mataré.
Yo me quede quieto mientras que más personas empezaban a inmovilizarnos. Estaban realmente bien entrenado ya que las furias seguían ahí.
De pronto el niño elevó los brazos y todos empezamos a elevarnos en el aire, después, una luz nos cegó a todos y en un segundo nos encontrábamos en un cuarto totalmente diferente, parecía un sótano y estaba realmente oscuro. Aquel sitio no era un sótano normal y corriente, tendría como mas de 100 metros cuadrados, un lugar enorme y de pronto me di cuenta de que aquel sitio estaba lleno de vástagos, vástagos muertos.
En el centro que aquella sala había un cáliz y un cuchillo, los dos objetos eran de oro puro. Aquel niño diabólico ya los estaba cogiendo y los observaba con delicadeza.
-Liliana, acércate cariño-Aquella voz ya no era la de un niño, sino de un hombre, un hombre completamente paranoico-, solo será un pinchacito.
La joven chica se acercó asustada hasta donde aquel niño estaba, el, con suma delicadeza, la cogió la mano y apretó el cuchillo contra su palma dejando ver un rastro de roja sangre. La chica no se quejó ni un solo segundo y mientras que derramaba la sangre en el cáliz el niño la miraba con una sonrisa cálida, llena de amor y ternura, algo que a mi me dio bastante miedo.
Al cabo de unos segundos soltó la mano de la chica y por arte de magia la estampó contra la pared, dejándola inconsciente. Nadie hizo nada, solo observar.
-Paula, acércate princesa-La habló con tranquilidad pero aun así pude oír como el corazón de Paula se aceleró, de acercó a Arsen y le apretó la mano antes de dirigirse hacia el niño. Este repitió el mismo proceso que hizo con la inconsciente Liliana, pero esta vez a Paula no la estampó contra la pared, sino que Paula empezó a retorcerse de dolor en el mismo sitio que aquel niño la había colocado. Gritaba cada vez más, y de reojo vi como Arsen intentaba liberarse de los dos hombres que le sujetaban mientras que Clara lanzaba patadas hacia atrás y delante, intentando soltarse mientras que gritaba su nombre. Al final Paula cayó al suelo desmayada. Por fin soltaron a Clara y salio corriendo hacia Paula pero antes de llegar se paró a medio camino, se dio media vuelta y vino corriendo hacia mi.
-Lucas-Me dijo sujetándome la cara con sus manos, después me dio un beso, pero era un beso de despedida-, te amo-Apoyó mi frente contra la suya y me sonrió tristemente, después, se separó de mi y se fue hacia Paula-.
Se arrodilló al lado de Paula y la ayudó a incorporarse mientras que unas pequeñas lágrimas caían por sus mejillas. La había visto pocas veces llorar y siempre lo odiaba. Cuando dejó a Paula apoyada en una pared sin ningún cuerpo alrededor se incorporó y se quedó mirando al niño.
-Si, te tienes que acercar preciosa.
Clara le puso una de sus caras de asco y se fue acercando poco a poco mientras que todos la observábamos en silencio. Sus pasos resonaban por aquella habitación.
-Tu no tendrás la misma suerte que tus amigas-Le dijo mientras le tendía el cáliz-. Bebe.
-¿Como?-Clara estaba realmente confusa-¿Que me beba esto?
-Si, la sangre, y no me obligues a hacerlo a la fuerza.
Las parcas cada vez gritaban más y cada vez eran más insoportables pero yo solo podía verla a ella, como se concentraba y tragaba saliva antes de llevarse el cáliz a la boca. Lo tragó de golpe y de pronto empezó a temblar y a los pocos segundos empezó a ahogarse. Yo luché por liberarme hasta que al final me soltaron y fui corriendo hacia ella pero ya era demasiado tarde, ella ya no estaba, al igual que las parcas.

viernes, 18 de enero de 2013

Capítulo 57

No podía dormir, directamente no podía. Por mucho que lo intentara no había forma alguna. Miré el reloj de mesa y vi que ya eran las cuatro, era demasiado tarde, tenia que dormirme si mañana quería ver el lugar.
Después de pensarlo un rato mientras miraba el techo lo hice, me levanté de la cama... para irme a la de Kit, ¿Por qué lo hacía?
Pasé a la habitación intentando hacer el menor ruido posible, pero daba igual, estaba completamente dormido. Me metí debajo de sus sábanas y el gruñó un poco hasta que entre abrió los ojos y me sonrió.
-¿Que haces aquí?
-No podía dormir-Dije avergonzada-.
No volvimos a decir palabra, pero el me abrazó durante toda la noche. Me dio un beso en la frente y volvió a cerrar los ojos. Me quedé mirándolo un rato, tenia la piel completamente, un par de pecas resaltaban aun más sus pómulos, sus labios eran carnosos y estaban bastante secos. Mi tentación por besarlo cada vez era mayor, pero no, no debía, bastante había hecho ya en meterme en su cama. Lo único que pude hacer es darme media vuelta y agarrar la mano que rodeaba mi cintura.


Lucas cada vez estaba más animado  como si le hubieran metido un petardo por el culo, no paraba. Me reí al pensar en aquella expresión "Un cohete por el culo" ¿A quien se le ocurriría eso? A saber lo que estaría haciendo.
-¡Natalia!-Mark me llamó desde unos metros más adelante, me había quedado parada como una tonta-¡Vamos que te quedas atrás!
-¡Ya voy!-Le dije mientras apretaba el paso.
Le alcancé a unos pocos segundos y seguimos andando de la mano. Otra vez estábamos viajando, siempre viajando, esto me gustaba la verdad. Cuando salimos del aeropuerto había una limusina esperándonos fuera, lo que me faltaba, más lujos. Paula estaba tan nerviosa que casi se sube por las paredes, pocas veces había montado en una limusina y la hacia ilusión. Yo también había montado en una pocas veces, pero ahora había cosas mucho más importantes.
En aquel lugar ya era casi de noche, menos mal que Lucas ya lo tenia todo planeado, era realmente rápido haciendo este tipo de cosas tan espontaneas. En todo el camino lo que más se oía era la risa de Paula, una risa bastante particular que contagiaba a cualquiera.
Llegamos a un gran hotel, no me fijé en como se llamaba, lo único que quería en ese momento es desplomarme en la cama y dormirme ya que en el avión había un niño que lloró durante todo el camino. Empecé a pensar sobre como será tener un hijo, ¿Estoy preparada? Esta era la maldita pregunta que pensaba nada más levantarme y que me amargaba durante el resto del día. Pero siempre me contesto, "Esta Mark, el me ayudará y seremos buenos padres" Esa simple frase me anima, aun que solo sea un poco.
Estuvimos menos de 5 minutos en recepción, me asombró ya que siempre que iba yo con mi familia tardábamos hasta una hora. Subí los dos últimos pisos corriendo por las escaleras, no aguantaba más, ¡Quería dormir! Metí la tarjeta que Mark me había dado y cuando abrí la puerta me quedé parada, eso no era una habitación, era un apartamento.
Pasé con cuidado intentando no tocar nada hasta que al abrir una de las puertas vi la cama, no pude evitarlo, salté hacia ella y me tapé con la manta deseando dormir ya.


Era realmente idiota, había cogido 3 habitaciones iguales, osea, para dos personas. Creo que lo único que quería era torturarme más o yo que sé, pero cuando vi aquella cama tan grande y me imaginé a Clara tumbada allí se me calló el mundo encima. Necesitaba verla, la necesitaba a mi lado ¿Cuantas veces lo había dicho ya? Me tumbé en la cama, en el lado izquierdo ya que Clara siempre dormía en el otro. No pude evitarlo y de la fuerza que hice rompí la almohada, me quedé mirando las plumas que volaban en el aire. Me sentía tan mal, me sentía tan solo que tuve que irme al sofá y dormir ahí. En realidad lo único que hice fue pensar mirando al techo, pensando en como podríamos encontrar a Liliana. Era casi imposible encontrarla, no me había parado a pensarlo antes pero haría lo que fuera por recuperar a Clara.
Primero empezaríamos por la ciudad, pediré a gente que la busque y así será mas fácil. Empecé a pensar en todo tipo de cosas, cosas realmente absurdas pero ¿Que otra cosa podía hacer?
La mayoría del tiempo evitaba pensar que estaba muerta, era lo peor que podía hacer, pero de vez en cuando lo hacía, lo pensaba y empezaba a temblar. Al final acabé durmiéndome pero no por mucho tiempo, dentro de 2 horas tendría que levantarme.
Llamaron a mi puerta repetidas veces hasta que por fin pude levantarme de aquel sofá y abrir la puerta, al otro lado estaba Natalia con una bandeja llena de bollos y un café. Pasó sin que la dijera nada, despues, cerré la puerta a su paso.
-Sabia que no te levantarías.
-Buenos días a ti también-La dije mientras me revolvía el pelo-.
-Cómete el desayuno, yo mientras te busco algo que ponerte-Se paró un segundo delante mío y me escrutó con la mirada, después soltó una risilla-. Estas hecho una caca, no has dormido ¿Verdad?-yo negué con la cabeza- Esta bien Lucas, no te preocupes-Me dio un beso y se fue hacia mi maleta que había dejado en alguna parte.
Me senté a la mesa y no probé bocado, solo di un pequeño sorbo al café, no tenia ganas de nada. Natalia me tiró la ropa a la cara, algo que Clara solía hacer, por un momento pensé que besaría a Natalia, después lo pensé mejor y me paré. Me había lanzado unos pantalones de deporte cagados, una sudadera roja y unas vans del mismo color ( http://www.polyvore.com/cgi/set?id=69295136&.locale=es ). Combinaba la ropa igual que Clara y la miré durante un segundo, era tan diferente a ella. Natalia era lista, centrada y sabía perfectamente lo que hacía pero con solo mirarla a los ojos sabías que estaba asustada y cansada, me levanté y la abracé.
-¿Q-que haces?-Me preguntó nerviosa.
-Tranquila, va a salir todo bien-Entonces ella se calmó y me devolvió el abrazo-, serás la mejor madre de todas Natalia-La dije separándome de ella sin soltarla aun, la miré a los ojos-, nunca estarás sola.
Ella no dijo nada, solamente se volvió a juntar a mi y empezó a llorar, algo que no esperaba que hiciera fue lo que dijo a continuación.
-Lucas, te quiero tanto. Aun que nunca te lo haya dicho eres... eres demasiado importante para mi, no quiero perderte, ni a ti ni a Clara y menos a Mark... Gracias de verdad Lucas yo... yo...-Comenzó a llorar de nuevo-.
Yo la abracé fuerte durante un largo rato hasta que alguien entró en la habitación.

Me levanté sola en una cama desconocida, no sabía bien donde estaba hasta que me ubiqué, estaba en la habitación de Kit, me miré el cuerpo a ver si tenia la ropa puesta, respiré tranquila, no había hecho nada de lo que me pudiera arrepentir, y espero que no lo hiciera nunca.
Me levanté de aquella cama y salí de la habitación para ir a la cocina, olía a tortitas toda la casa y eso no me ayudaba a que no tuviera hambre.
Cuando entre en la cocina no pude evitar sonreír  Kit tenia una cinta de pelo puesta quitándole los pelos de la cara, un delantal de color rosa palo y llevaba unas zapatillas de estar por casa de lo más ridículas. Me senté en la enorme mesa que había allí y esperé impaciente a que terminara de cocinar las tortitas.
-Buenos días dormilona-Me dijo mientras se giraba durante un segundo a mirarme-.
-Buenos días.
Me dejó unas cuatro tortitas en frente mío y las devoré sin pensármelo dos veces, al igual que el. Comíamos como dos salvajes pero la verdad, me daba exactamente igual que me viera, no me daba vergüenza comer delante de nadie y menos de el.
Terminó el antes que yo y me quitó un trozo de mi tortita, algo que me sacó de mis casillas y caso le doy una patada por debajo de la mesa pero lo único que fui capaz de hacer fue gritarle mientras el se reía, tenia una sonrisa tan bonita.
-Que sonrisa más bonita tienes-Le dije mientras que dejaba mi plato en el fregadero-.
-Lo sé-De pronto me cogió de la cintura, me atrajo hacia el y me dio un pequeño mordisco en la cintura, algo que me encendió por completo-, vamos, vístete que nos vamos.
-Va-vale...-Dije demasiado aturdida-.
Pero... ¿A donde nos íbamos? Me dirigí a una de las maletas que habían dejado en la puerta el día anterior y cogí lo primero que pillé. Una camiseta sin mangas que se ataba en la tripa color verde, unos shorts altos con un dibujo tribal, unas botas con plataforma marrones y un bolso a juego con los zapatos ( http://www.polyvore.com/cgi/set?id=69297307&.locale=es ). Estaba bastante guapa así que salí de la habitación con una media sonrisa mientras tocaba la marca que me había dejado el mordisco de Kit.

jueves, 10 de enero de 2013

Capítulo 56

Bueno, lectores y lectoras, hoy, 11 de enero de 2013, esta blog cumple un año y había pensado hacer algo especial, bueno, en realidad había pensado en hacer capítulo diferente, más largo. Este capítulo estará entero narrado por Lucas, por si hay dudas.
Espero que os guste, y bueno, prefiero que leáis este capítulo con estas canciones, en este orden.
http://www.youtube.com/watch?v=2sRM39rHoB8
http://www.youtube.com/watch?v=WXaXKS7kofM
http://www.youtube.com/watch?v=ML_-d-UFOkg
http://www.youtube.com/watch?v=fwK7ggA3-bU
http://www.youtube.com/watch?v=HqWlUiYwhwg
Gracias a todos los que han estado ahí desde el principio, dándome apoyos, dejando comentarios. La gente que me paraba por los pasillos y me decía que si, que siguiera. Quería dar gracias a todos y sobre todo a las personas que me han inspirado a escribirla, en concreto a Natalia, ella a sido la que me ha apoyado, me pedía que siguiera, que escribiera más a menudo ya que yo, cuando escribo, siempre estoy de buen humor.
De verdad que sois muy especiales para mi, y aun que la mayoría ni si quiera se como os llamáis  gracias, de verdad.
Aquí os dejo con este capítulo, espero que os guste y no dejéis de comentar, y mucho menos de leer.
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En cuanto me senté en aquel avión me senté, puse mi Ipod en marcha y me despejé por completo.
De nuevo, empecé a recordar cada momento que había vivido junto a ella, ya que era lo que me sacaba una sonrisa cada día, lo que me daba fuerzas para seguir. Esta vez empecé desde el principio.


                                                         ~10-9-16~

Todavía no creía que nos fuéramos a mudar a aquella casa. Estaba recién construida ya que nuestros padres habían invertido demasiado tiempo en que estuviera lista. Era una casa grande, blanca y con grades ventanales, era una pequeña mansión más que un gran chalet.
La miré sonriente, este ría nuestro hogar a partir de ahora, los dos primos, casi hermanos, inseparables prácticamente  vivirían allí a partir de ahora.
Los dos teníamos como mínimo unas 5 o 6 maletas. No quedaba nada en nuestra casa de Inglaterra  menos mal por que si no Amanda las abría quemado todas por el simple hecho de habernos ido de aquel infierno.
-Por fin lo hemos conseguido-Mark miraba con una sonrisa amplia hacia la casa-, por fin salimos de allí.
Yo no dije nada, solo disfruté de pasar unos segundos junto el así  en silencio, mirando lo que podría ser lo mejor de nuestras vidas, pero estaba equivocado, lo mejor pronto vendría.
Cuando entramos a aquella nos quedamos fascinados  mirábamos cada mueble, cada detalle, con el máximo detenimiento mientras que unos cuantos sirvientes o "pingüinos", así los denominaba Mark, subían por las escaleras con maletas de todo tipo.
Cuando entré en la cocina y vi un reloj enorme, y comprobé si estaba bien la hora, y si, eran exactamente las 10 de la noche.
 En cuanto se fueron los sirvientes, empezamos a prepararnos la cena, era demasiado tarde como para seguir inspeccionando la casa y mañana, por desgracia, empezaba nuestro último año de instituto.
Empezábamos segundo de bachillerato. En Inglaterra estábamos en uno de alto nivel, bueno, yo lo estaba, Mark no iba casi nunca a clase pero aun así pasaba de curso gracias al dinero extra que pagaban sus padres a aquel instituto.
Este, estaba más que seguro, que no tendría ni un cuarto del nivel académico que el de allí, pero eso me importaba bien poco, con tal de escapar de allí.
-Esta casa es demasiado grande-Dijo Mark con una sonrisa mientras se llevaba uno de los macarrones pre-calentados que teníamos por cena-, habrá que llenarla.
-No seas cerdo-Le tiré la servilleta-, aun que tienes razón.
Empezamos a reírnos a carcajadas, me encantaban esos momentos ya que eran junto a mi mejor amigo. Eramos inseparables, y lo mejor de todo es que no nos parecíamos en nada, solo en la forma del cuerpo y la forma de la nariz y ojos, ya que viene de familia, pero por lo demás, eramos diferentes totalmente.
Terminamos de cenar y los dos nos fuimos a nuestra respectivas habitaciones. Cuando entré en la mía no me  imaginé todas las cosas que viviría en aquella habitación, todavía era un ignorante.
Me tiré de espaldas a la cama con los brazos abiertos y sin poder evitarlo, a los 5 minutos ya estaba profundamente dormido.

Mi despertador sonó justamente a la hora programada, peor yo me adelanté a el unos cinco minutos, a si que aproveché y me fui a preparar el desayuno. En realidad no hice gran cosa, solo 2 tazas de café mas una tostada para cada uno.
Lo dejé todo perfectamente colocado en la mesa de la cocina y subí a despertar a Mark.
-¡Mark que son las 8 y media ya!
-¡¿QUEEEEEE?!-Se revolvió entre las sábanas bastante asustado- ¡ES IMPOSIBLE!
-Era broma, son las 7.
-¡Gilipollas!-Me tiró un cojín que yo esquivé con facilidad-¡Vaya susto me has dado!
-Venga, baja a desayunar.
El me gruñó y se dio media vuelta para envolverse entre sus sábanas. Me encogí de hombros y salí de aquella habitación para bajar a desayunar.
Me lo terminé todo justo cuando Mark bajaba por las escaleras, a las 7 y media, menos mal que baja vestido.
-Da gracias a que he sabia encontrar la ropa-Me dijo mientras se rascaba la cabeza y empezaba a devorar su tostada-.
-Recoge después de que termines.
-Si, mamá-Me dijo con tono burlón-.
Subí las escaleras mientras me reía a carcajadas, no se como me hacía para animarme siempre todas las mañanas.
Cuando llegué a la segunda planta me perdí, no sabia donde estaba mi habitación. Fui abriendo puerta por puerta hasta que encontré la mía  En cuanto entré empecé a revolver mis maletas, no encontraba nada con lo que estuviera cómodo, hasta que por fin encontré una camiseta de tirantes con una foto de Wiz Khalifa, me puse los vaqueros con los que había llegado a la casa ayer y unas vans negras, mis favoritas. Después empecé a buscar como loco la maleta donde había metido mis gorros, me encantaban los gorros ¿Por qué? Ni idea.
Al final fue la última en la que busqué y saqué mi favorito, el negro. Me miré en el inmenso espejo que había a un lateral de la habitación.
-¡Lucas son menos cuarto!
Sin pensármelo dos veces cogí una mochila que había traído de equipaje de mano, la vacié encima de la cama y salí corriendo hacia la puerta.
-¿Por qué llevas mochila?-Me preguntó Mark al salir de la casa.
-Hoy dan los libros.
El resopló y empezamos a andar, a  cada paso yo me perdía más. Teníamos que estar a las 8 y media en aquel instituto y no teníamos ni idea de donde estaba, un gran fallo por mi parte. Cuando giramos una calle vimos a un chaval de nuestra edad, gracias a dios, el nos podría guiar hasta el instituto.
-Hola, me llamo Lucas-Le dije mientras le extendía una mano, el me la estrechó con fuerza-. Y el es Mark.
-¡Vaya ingleses!-Era un chico realmente agradable, el también tenia un acento bastante inglés, pero más del sur-.Yo soy Jhon.
-¿Te podemos acompañar hasta el instituto? Es que no tenemos ni idea de donde esta.
-¡Claro! Será un placer.
Emprendimos la marcha, el chaval nos contó que el hacia también pocos días que se había instalado aquí pero que conocía este sitio gracias a un amigo que vive aquí.
Hablamos durante todo el trayecto y llegamos a las 8 y treinta y uno a la puerta del instituto.
-Tenemos que ir al aula 38.
Nunca pensé que al abrir aquella puerta, la del aula 38, me cambiaría la vida por completo. Al entrar había alguien que llamaba toda mi atención, era una chica con el pelo moreno, y sus ojos marrones oscuros brillaban por si solos. Para los demás abría sido una chica corriente, del montón, pero para mi no, fue un flechazo.
Me fijé en que Mark miraba a la chica del pelo negro que tenia al lado, era bastante atractiva pero aquella chica, dios, era impresionante el simple hecho de contemplarla. En aquel momento no tenias idea de todas las cosas que pasaríamos juntos a partir de ese momento, a partir de ese flechazo.
-Hola chicas-Intenté parecer lo más cordial posible aun que se me saltaban los ojos con tan solo verla-.
Aparté a regañadientes los ojos de ella para mirar al resto de la clase, pero nada se comparaba con ella. Después miré al profesor, tenia pinta de ser el hombre más aburrido del mundo.
-¡Dejar de chismorrear chicas!-El señor las regañó y ellas estallaron en carcajadas, menos ella, ella tenia mirada de culpabilidad en los ojos-.Voy a pasar lista.
La chica del pelo negro le susurró algo y ella se rió.
-Minia Rodriguez.
-Presentes.
-Natalia González.
-¡Presente!-Gritó la chica del pelo negro, después miré a Mark, estaba completamente embobado mirándola.
-Marcos Owen ¿Se pronuncia así?
-Si, así es-Mark todavía seguía embobado, pero pudo contestar correctamente-.
-Lucas Owen.
-¡Aquí!-Entonces me miró, se me quedó mirando unos segundos. Se me aceleró el corazón solo de pensarlo.
Siguieron diciendo nombres un buen rato hasta que la tocó a ella.
-Clara Mateos.
-¡Presente!-Dios, que voz más bonita. Su nombre se me quedó grabado a fuego en la mente.
-Marina Lamas-Aquella chica del pelo rizado dejó de mirar a Jhon durante unos segundo para contestar, estaba realmente perdida mirándole-.
-Natalia Perez.
-No está-Contestó Clara, me ruboricé con tan solo oír su voz-, no ha venido.
-Y por último Jhonathan Martín.
-Aquí-Contestó Jhon-.
-Bueno, podéis hablar y esas cosas que hagáis los jóvenes-Dijo el profesor cogiendo el periódico y poniendo los pies encima de la mesa-.
Un alumno preguntó alguna duda pero no presté atención ya que toda mi atención la tenia ella. La miraba fijamente y ella lo notó, se giró para mirarme y nos quedamos así, mirándonos. Entonces intenté no reírme ya que era un juego que jugábamos mucho Mark y yo en casa, pero no aguanté mucho y solté una carcajada.
-You win-Solté en inglés sin querer, estaba demasiado nervioso-.
Ella se me quedó mirando con una sonrisa hasta que llamaron a la puerta.
-¿Se puede?-Era una chica con una cara bastante simpática.
-Pasa, ¿Eras Natalia Perez?
-La misma-Lo dijo de una forma tan natural que me arrancó una sonrisa de los labios, sin conocerla ya me caía bien-.
La chica se nos quedó mirando y de pronto Clara empezó a hablar más alto de lo normal.
-Pues son, Lucas Owen-Levanté la mano ya que ella me señalaba con la cabeza-, Marcos Owen-El simplemente levantó la cabeza- y Jhonathan Martín.
-Hola, pero prefiero que me llaméis Jony o Jhon, queda más profesional-Las cuatro chicas rieron a la vez, pero Clara se veía feliz, más que las demás-.
Pero de pronto toda esa felicidad se esfumó de su cara al escuchar decir algo a la chica que había entrado, parecía grave ya que todas se quedaron serias.
Toda esa tensión terminó cuando Mark empezó a hablar con ellas, aun que principalmente se dirigía a la chica del pelo negro, Natalia creo que se llamaba.
Al final sonó el timbre y todos volvimos a casa, Jhon se vino a la nuestra, queríamos conocerle mejor y pensé que si estaba el en casa no parecería tan grande.
Pensé que pasaríamos la tarde jugando a la PlayStation o cosas parecidas. Pero no, Jhon nos ayudó a desempaquetar todas nuestras maletas, no se como acabamos haciendo aquello pero Jhon parecía divertirse.
Al final Jhon se fue a las diez a casa, y nosotros ni si quiera cenamos antes de irnos a la cama.

Llevaba una semana intentando conseguir el número de Clara, hasta que por fin un amigo de Jhon me lo pasó, era amigo de Clara y claro, obviamente lo tenía.
Guardé su número en mi agenda y miré la pantalla durante más de un minuto, o eso me pareció a mi. Quería llamarla, pero no me atrevía.
-¡Dios mio Lucas!-Mark acababa de entrar a la cocina- ¡ Llámala ya!
-Voy, voy, ¡VOY!
Y sin pensarlo 2 veces más le dí a llamar. Sonaron tres pitidos y de pronto descolgaron, el corazón de dio un vuelco.
-¿Si?
-Hola Clara-Miré la mano que tenía libre, estaba temblando-.
-¿Lucas?-Parecía sorprendida.
-Si, el mismo.
-¿Como es que tienes mi número?
-Tengo contactos-Dije demasiado brusco, me arrepentí al instante-.
-Oh... Bueno ¿ Querías algo?
-Si, bueno, aparte de oír tu voz me preguntaba...
-¿Si?
-¿Quieres quedar mañana?-Dije de golpe, me costó una barbaridad.
-Claro, ¿Por qué no?
-¡¿Enserio?!-Estaba realmente nervioso- Vale, pues entonces mañana a las 6:30 en... en el parque de enfrente del instituto.
-Me parece bien
-Bueno pues, allí te espero. Adiós.
-Adiós.
Me quedé mirando el teléfono un par de segundos, no podía creer lo que acababa de hacer, estaba demasiado feliz, demasiado todo, tanto que empecé a gritar y saltar por toda la cocina. Y así pasé el día, intentando pensar en lo que haríamos, en lo que diría, en como reaccionaría. Cosas de esas, que de tanto pensarlas me quedé dormido.

Me levanté a las 12 de la mañana, algo inusual en mi, siempre e levanto sobre las 3 de la tarde, pero puede que el motivo fuera simplemente lo nervioso que estaba.
Para despejarme me dirigí a una pequeña sala que teníamos en la sala, era como una especie de gimnasio. Cogí mi Ipod, me puse los cascos y empecé a correr en la cinta hasta que la tripa empezó a pedirme comida.
Pasé a la cocina con los cascos todavía puesto. Mark estaba ahí sentado leyendo un libro, algo bastante extraño en el. Empezó a mover los labios hacia mi dirección, yo señalé mis orejas pero el me hizo un gesto para que me los quitara.
-¿Que pasa?-Odiaba que me interrumpieran mientras tenia los cascos puestos.
-Están aquí nuestras madres, aquí justo no, pero en España si. Tenemos que ir a comer con ellas.
-¡¿Que?! ¡TENGO LA CITA CON CLARA!
-¿Y que quieres que le haga? Han venido, ya sabes que no puedes desobedecer.
-Ya lo se, pero justo hoy...
-Vamos, ve a vestirte. Vendrán a por nosotros en media hora.
-Joder, anda que avisas antes, sabes que tardo muchísimo en ducharme.
Mark se encogió de hombros y bajó la vista a su libro. ¿Que estaría leyendo? Sentía curiosidad.
-¿Que lees?
-Diarios antiguos-De pronto me fijé que había un par más a su derecha-, los encontré en una de mis cajas.
Levanté las cejas en modo de asombro y después me fui directo a la ducha. En cuanto sentí el agua caer por mi espalda me olvidé de todo, dejé de pensar. Aquellos momentos me relajaban por completo, tanto que una vez que quedé dormido.
Salí de la ducha con una toalla alrededor de la cintura y justo al salir del pasillo, una de las chicas más guapa que había conocido, Charlotte traía un vestido que mostraba parte de sus piernas doradas por el sol. Su pelo rubio casi blanco, su sonrisa podría arreglar a cualquiera el día. Y de pronto la toalla que rodeaba mi cintura calló al suelo, intenté taparme lo antes posible pero ella ya me había visto todo.
-Se te ha visto el pajarito Lucas-Charlotte se burló de mi y después me dio una fuerte abrazo-, como si no te lo hubiera visto todo ya.
-¡Que por mucho que seas mi tía no significa que no tengas la misma edad que yo!
-¡Tengo una año más!-Me revolvió el pelo-Venga, que te seco el pelo, pero antes ponte la ropa.
Yo la hice caso, a los cinco minutos ya tenia a Charlotte encima mía con un secador en la mano.
Solo había venido ella a buscarnos, y salimos de la casa justamente a las 3 y media. Mi madre y mi tía estaban en un restaurante de Madrid. De camino allí le conté a Charlotte sobre Clara, al igual que Mark la contó sobre Natalia. Hablamos todo el camino, aquella chica era única.
Cuando llegamos al restaurante nuestras madres esperaban en una mesa con 3 asientos libres.
-Hola mamá-Dijimos los dos a la vez y cada uno abrazó a su respectiva madre-.
Ellas simplemente nos respondieron con su abrazo. Hablamos durante toda la cena, estaban muy contentas de que hayamos salido de allí, a ellas tampoco les gusta ese lugar. Mi madre era adivina, o algo por el estilo, nunca lo he sabido. De pronto su rollo de adivinación empezó, me cogió la mano y cerró los ojos.
-Debes besar a esa chica-¿Estaba hablando de Clara? ¡¿Como lo sabía?!-, será tu primer y único amor en esta vida. Y es mucho más importante de lo que crees, ella es especial, demasiado.
Me quedé mirándola unos segundos antes de apartar la mano bruscamente.
-¡¿Como lo sabes?!
Cuando volvió en si ni se molestó en contestar. El resto de la comida se volvió incómoda, por lo menos desde mi punto de vista. Cuando miré el reloj casi me da algo.
-¡¿Son las seis y cuarto?!
-Si, hijo, corre, te dejo marchar. Hay un chófer fuera.
-¡Gracias mamá!-Le dí un beso en la mejilla y me despedí de mis tías-¡Desearme suerte!
Salí corriendo de ese restaurante, todo el mundo se me quedó mirando pero la verdad es que solo podía pensar en ella, en no llegar tarde. Le di un par de voces al señor que había en el capó de un coche de mi familia. Cada vez era más tarde, y media, menos cuarto, hasta que por fin, a las 7 y cinco entramos a Alovera y en cuanto llegué al parque la vi, estaba yéndose ya, había esperado más de media hora. Lo único que se me ocurrió fue cogerla del brazo y tirar de ella para poder tenerla entre mis brazos. Le pasé mis manos por la espalda, disfrutando de la textura, tenía los cascos puestos y se los quitó con cuidado. Cada vez tenía más ganas de besarla, pero todavía no.

-Hello-Dije nervioso, sin evitar me acerqué un poco más a ella-.
-Ho... Hola-Estaba tan mona nerviosa-.
-Lo... Siento, no he podido venir antes, tenia un asunto pendiente.
-No pasa nada.
-Pero ya te ibas...
-Porque llevo aquí pues... 20 minutos.
-Lo siento.
Madre mía, era demasiado tiempo. Se sentó en un banco y yo con ella. Estuvimos hablando una hora, andando que aquí para allá, fue fantástico.

-Me tengo que ir-Me dijo poniendo cara triste-.
-Te acompaño a casa, no quiero que vallas sola.
-Está hay mismo.
-Me da igual, quiero acompañarte-Quería estar con ella más rato-.
Le sonreí y empezamos a andar, de pronto la cogí la mano y me miró a los ojos, yo me sonrojé, obviamente.

-Oye, ¿A tu amiga Natalia le... le llama la atención Mark?
-¿Mark?
-Si, mi primo.
-A Mark... si, bastante ¿Por?
-No por nada.
-¿No me digas que le gusta Natalia?
-Bueno, puede.
Soltó una carcajada y detrás de ella vinieron muchísimas más. Al final llegamos a su casa y volví a tirar de ella para dejarla entre mis brazos.
-Esto acostumbrándome a esto.
Entonces nos fuimos acercando más y más hasta que nuestra narices se tocaron, cerramos ambos los ojos y nos dimos un beso de esquimal. Se quedó parado durante un segundo hasta que finalmente nuestro labios se juntaron. Al principio solo era presión hasta que nuestros labios empezaron a moverse muy lentamente pero cada vez con más pasión. Estuvimos como 10 segundos sintiendo nuestros labios hasta que lentamente fuimos separándonos todavía con los ojos cerrados. Me quedé con los ojos cerrados un buen rato hasta que ella me dio un pequeño beso.
-Adiós-Me dijo todavía abrazada a mi-.
-Bye-Dije sin querer en inglés-.
Ella se separó de mi lentamente y empezó a andar hacia su casa. Cuando llegó a su puerta, se giró una última vez y me sonrió. mi madre tenía razón, era el amor de mi vida.

                                                           .......

-Lucas...-Natalia me zarandeaba- ¡Lucas! ¡Ya hemos llegado!
-¿Que?-Dije todavía aturdido, al final me había quedado dormido- Ah si, voy.
Natalia se fue y yo me levanté de mi asiento, pero antes de irme me quedé observándolo y le di las gracias en silencio por haberme hecho recordar de nuevo el momento en el que empezó todo, donde mi amor por ella empezó a crecer.


lunes, 7 de enero de 2013

Capítulo 55

Salí de la habitación intentando no hacer ruido. Avancé por el pasillo y antes de salir de el empecé a oírles  Me apoyé en la pared sin que me vieran y empecé a escuchar.
-Pronto estarás libre-La voz era de una mujer, era una voz bastante extraña, de esas que atraen a cualquiera, muy sexy vamos-, has cumplido casi todo. Ahora lo que debes hacer es retenerla aquí hasta que llegue el día.
-Pero no la harán daño cuando llegue ese día ¿No?-Kit parecía bastante asustado- No debe resultar herida.
-Solo sacaremos parte de su sangre, tiene que juntarse junto con la de las demás-Ahora hablaba un hombre, con el mismo tono sexy de la mujer-. Y podrías decirle a tu amiga que deje de espiarnos y que venga a conocernos.
-Mierda-Dije antes de mostrarme ante ellos-.
Me quedé mirándolos  era 3 personas. A la derecha estaba una mujer con pecho voluminosos y curvas  su pelo rubio echado hacia atrás le llegaba hasta sus caderas con curvas. Era realmente hermosa al igual que el señor que tenia a su lado, debía de tener unos 30 años y en el centro había un chico joven, de unos 12 años, estaba mirándome fijamente y de pronto solté un grito. Ahí estaban, detrás de ellos, casi tocándoles.
-Osea, que es verdad, puede verlas-La voz de aquel niño hermoso sonaba demoníaca-. Es un placer conocerte Bianca.
-¿Bianca?-Estaba confusa-¿Que?
Poco a poco me fui juntando a Kit, hasta cogerle la mano, asustada. El me la apretó mostrándome que el también estaba asustado.
-En realidad deberías llamarte Bianca, un fallo técnico de tus padres. Pero bueno, Clara también es bonito.
-Ahora nos vamos, solo queríamos comprobar que tenias alguna de ellas.
De pronto desaparecieron, como si se hubieran tele-transportado. Respiré entrecortadamente, esto era extraño, demasiado.
-Eran los...
-Si, eran esos-Kit se sentó en una silla y se tapó la cara con las manos-. Creí que no aguantaría más viéndolas.
-Pero ya a pasado-Le cogí una de las manos-, ya esta.
El me sonrió y me besó la mano que cogía la suya, eso me ruborizó por completo y el estalló ne carcajadas, al final acabó contagiándome de ellas.
-No tengo ropa Kit.
-Si tienes-Señaló unas maletas que había encima del sofá-, las han traído ahora mismo.
-¿Que? ¿Como?
-Es tu ropa, la han cogido de tu casa.
-¿Por qué siempre entran desconocidos en mi casa?-Dije mientras cogía una de las maletas, era lo suficientemente pesada como para provocarme una hernia  pero Kit vino por detrás y cogió las dos como si fueran un trozo de papel.
-Eres una blandengue.
-Y tu un idiota.

Pasé la noche en el tejado, contando estrella. Mentira, me quedé dormido a los dos minutos de subir. A la mañana me levanté con un dolor de espalda impresionante, como si me hubieran dado un masaje el día anterior, pero no un masaje sin dolor, no, uno de esos tan horribles que me daba Mark.
Volé hasta la cocina bastante dolorido y al ver la hoja en la encimera me acordé de lo que tenia que hacer. Busqué a Mark por toda la casa hasta que le encontré en el garaje, a saber que estaba haciendo  pero no me importaba, tenia que contárselo.
-Mark-El me miró y se le iluminó la cara-, ayer me llamó Clara.
-¡¿Que?!-Se levantó de un golpe- ¿Como es posible?
-Me llamó desde un número oculto, y no me dijo donde estaba porque si iba a por ella moriría. Estaba con Kit pero el dijo que la protegería, parecía sincero y me tranquilizó bastante, pero no del todo por supuesto. Entonces hay 3 chicas, las cuales conocemos a dos y  tenemos que ir a por otra y se donde esta, y me lo dijo Clara, y... y...-Empecé a desconcentrarme-.
-¡Lucas! ¡Relaja tío!
-Tenemos que ir a Colombia a por la última chica.
-¡¿Que?!
-Si, si, por el bien de Clara.
Mark se quedó mirando al suelo y depués me miró triste.
-Solo una semana, después volveremos-Yo sin poder evitarlo le abracé con fuerzas y le besé la mejilla-.
-¡Te quiero!-Dije antes de salir de allí- ¡Muchísimo!
-¡GAY!
Seguí avanzando por el pasillo y de camino me encontré a Natalia que cogí en brazos y la besé de la misma forma que a su novio. Ella se quedó desconcertada mientras que yo seguía andando a grades zancadas. Quería contárselo a Arsen.
Lo encontré en su habitación, Paula no estaba. Entre y cerré la puerta detrás mía, después me tiré encima de su espalda mientras que el intentaba librarse de mi.
-¡¿Que cojones te pasa a ti ahora?!
-Ayer hablé con ella. Con Clara digo, y no podemos ir a buscarla, pero si podemos ir a Colombia para coger a la otra chica y cambiársela a tu hermano por Clara.
-¿No jodas? ¿Se te a ocurrido a ti este plan?
-Si.
-Mira que me extraña...-Me sonrió de lado y de pronto sacó una maleta del armario- ¿Cuanto tiempo nos vamos?
-Vaya, pensé que te negarías.
-¿Yo? Vamos, me encantan las aventuras y más si son en contra de mi hermano.
-Será una semana-Dije sonriendo-, gracias de verdad.
El me levantó el dedo gordo en modo de aprobación mientras que yo salía por la puerta para hacer mi maleta.

Me dirigía al garaje cuando Lucas me asaltó con uno de sus besos, después se fue saltando por el pasillo ¿No estaba totalmente destrozado? Me encogí de hombros y seguí mi camino. Sin llamar a la puerta entré en aquel amplio garaje y le vi ahí, sentado mientras miraba unas fotografías. Me acerqué por detrás y le abracé por la espalda.
-¿Sabes que le pasa al duende verde?
-¿Que duende verde?
-El tío loco que va saltando por los pasillos.
-Que ayer habló con Clara, pero no puede ir a por ella o morirá. Pero tiene el plan de ir a Colombia a buscar a la chica que falta. Y tendríamos que ir a hacer la maleta.
-¿Nos vamos ya? ¡¿A Colombia?!-Yo ya empezaba a ponerme histérica.
-Si, ya sabes como es Lucas, así que vamos- Me cogió como si fuera un saco de patatas y me llevó hasta a la habitación-.
Me dejó con cuidado en la cama y el empezó a meter camisetas, sudaderas y pantalones en una maleta que siempre dejamos fuera "por si acaso".
Yo hice lo mismo, metí todo lo que conjuntaba y todo lo que parecía cómodo. ahora solo faltaba cambiarse.
Yo me puse una camiseta de tirantes de Jhonny Deep, unos shorts de hollister y unas botas, mientras que Mark se puso una camiseta de manga corta en la que ponía "I love cats", unos vaqueros y unas supra negras ( http://www.polyvore.com/cgi/set?id=68276249&.locale=es ).
Cogimos cada uno nuestras correspondientes cosas, pero al final Mark terminó bajando todas, mientras que yo bajaba sin llevar nada, solo mi móvil.
Arsen y Paula estaban abajo, cada uno con una maleta. Me alegré muchísimo de que Paula también viniera, ya que estar rodeada de 3 semidioses no me agrada nada, aun que ella una de las elegidas. Madre mía  estaba condenada, pensé mientras bajaba ya el penúltimo escalón.
Me fijé en como iban vestidos, Paula iba despampanante, como siempre. Llevaba un pequeño corset que dejaba ver su ombligo, una falda azul marina que por delante era más corta que por detrás y sus tacones, madre mía que tacones, eran una botas con tachuelas. Arsen llevaba una camiseta roja de adidas, unos vaqueros y unas Vans grises y rojas, nada especial, pero en el todo parecía impresionante, tenia la figura de un modelo, era normal que siempre estuviera guapo ( http://www.polyvore.com/paula_arsen/set?id=68277739#stream_box ). Lucas llevaba una camiseta gris con algo escrito que no me apetecía nada leer en este momento, unos vaqueros oscuros y unas toms cerradas, aparte de uno de sus múltiples gorros y unas RayBan que le resaltaban sus fracciones (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=68278407&.locale=es ).
Madre mía  estaría rodeada de gente buenorra durante toda una semana, y la verdad es que es siempre así  estoy rodeada de gente guapa.
Fui la última en salir de aquella inmensa casa.