lunes, 12 de noviembre de 2012

Capítulo 40


Cuando entré en mi habitación miles de recuerdos me vinieron a la mente, como un viento helado. La mayoría de ellos eran con Mark, claro, pero había otros tristes y otros con Carla.
De pronto alguien entró en mi habitación sin que me diera cuenta y se tiró encima mía saltando antes en la cama.
-¡LUCAS!-Me gritó mi hermanastra-¡Has venido!
-Claro que he venido pequeña-Dije sin ganas-.
Ella me sonrió con una sonrisa malévola, esa niña asquerosa era horriblemente mala. No había día en que no la odiara, siempre metiéndose en medio y empeorando las cosas, esa niña era una pesadilla.
-¿Sabes que ya me he desecho de mi doncella durante un tiempo? ¡Al igual que la chica esa que iba contigo!
-¿Como?
-Si, bueno, se han ido a tomar un café, dijo ella, Claudia.
-Clara-La corté-.
-Eso Clara, pues dijo que como parecía que quería estar contigo que se iba a tomar un café para dejarnos solos.
-Oh, vaya. Pues me voy con ellas pues.
-Ni se te ocurra-Me cogió de la camiseta con fuerza-, si lo haces sabes que puedo hacer cualquier cosa.
Maldita niña, ella y su estúpido chantaje. Pero sabia que lo decía en serio, ella no vacilaba ni un solo momento. Era muy astuta y bueno, como había dicho, podría hacer cualquier cosa.
Me quedé mirándola  era tan semejante a mi y a la vez tan diferente, era un demonio dentro del cuerpo de una pobre niña.
-¿Que quieres que hagamos bicho con  piernas?
-Nada, ahora no me apetece jugar.
-Mejor-La cogí de la mano y la saqué de la habitación-.
Cerré la puerta con cerrojo y me dejé caer por la pared hasta sentarme en el suelo.



Cuando bajé al salón vi que Natalia se había dormido leyendo un libro, me acerqué para verla mejor. Estaba preciosa. Su pelo marrón oscuro, casi negro, caía en  cascada por el lado del sofá casi tocando el suelo, después me fijé en el libro y me sorprendió. "Libro de los sueños" a saber que era eso, con lo rara que es.
-Hablando de raros-Pensé en voz alta- ¿Y Lucas?
Saqué el móvil de camino a la cocina y le llamé. Tardó bastante en cogerlo, como de costumbre.
-¿Donde estas idiota?-Le pregunte con una sonrisa.
-Me vas a pegar cuando te lo diga.
-Miedo me das.
-Estoy bueno, en casa.
-Que dices, aquí no estas.
-Estoy en Londres coño, y acabo de echar a Amanda de mi habitación porque me la acaba de volver a liar y encima no se donde ha dejado las cosas Clara...
En ese momento a los dos se nos cortó la respiración.
-¡Vete a buscarlas ahora mismo Lucas!
-¡Eso es lo que hago joder! ¡¿Donde están?!
-Mira en la habitación de invitados de Amanda.
Se oía como Lucas corría y jadeaba solo por salvar las cosas de Clara, aun que bueno, merecía la pena porque, esa niña era un maldito demonio, y lo mínimo que puede hacer es eso.
-Ha roto una camiseta solo.
-¿En serio?
-Y manchado lo demás... Esta niña es horrible. T-te dejo, Clara me va a matar.
-Good luck.
-Thanks.
Entonces colgó. Yo me quedé mirando el teléfono y rezando porque Amanda no fastidie más, pero sabia que sería en vano.
Lo que no entendía era por qué no nos ha dicho nada de que se iba, o por lo menos a mi. A lo mejor a sido algo espontaneo, conociendo a Jasón es capaz de revolver medio planeta para encontrarle.
Malditos raritos, todos ellos eran raritos. Solo dos nos salvamos, mientras que los demás se han quedado encerrados en aquel país, en aquella casa infernal donde no dejan de pasar cosas estúpidas.
Lucas y yo por lo menos fuimos listos y huimos en cuanto pudimos, conseguimos librarnos de su padre, mi padre, Orión, y de lo peor de aquella casa, aquella criatura que asustaba con tan solo mirarle a aquellos ojos infernales, maldita niña del demonio ¡Nos tenia acojonados a todos!



Aquella chica era tímida pero con grandes conocimientos sobre todo lo que la rodea, era demasiado observadora para mi gusto pero estoy acostumbrada a cosas mucho peores.
-Oye, y Amanda parece un cielo de niña.
Charlotte me miró con compasión y después me cogió la mano y empezó a acariciarla.
-Pobrecilla, envidio tu ignorancia pero, esa niña en realidad es un demonio.
-¿En serio?
-¿La has mirado a los ojos?
-La verdad... es que no.
-Entonces normal que te parezca un cielo. En cuanto llegues a casa, olvídate de tu ropa, se me olvidó advertírtelo.
Me quedé pensando un segundo, pero si aquella niña era un cielo, aun que bueno, tenia algo que no encajaba.
-Anda, vayámonos a casa ya-Dijo Charlotte dejando un par de billetes en la mesa-.
Yo la seguí sin rechistar, ya que ella conocía la ciudad y yo era una forastera. Fuimos andando hasta la casa ya que estaba bastante cerca para mi sorpresa.
Cuanto más miraba aquella casa, más grande me parecía.
-Hermosa, ¿Verdad?-Charlotte me había pillado mirando la casa con la boca abierta- Pues si te digo la verdad, en realidad es un infierno. Allá a dentro están todos locos. Solo Mark y Lucas han salido de aquí, y los únicos cuerdos de esta casa son Jasón y Orión.
-¿Jasón y Orión?
-Los dos primos, herederos de una riqueza inmensa, decidieron compartir todo ya que eran muy unidos-Me quedé mirándola esperando a que me aclarara más la cosas-. Jasón es el padre Lucas y Orión el de Marcos. Ellos dos son los herederos y así continuará hasta que alguien destruya esta familia, aunque bueno, la pequeña Amanda está en camino.
-¿Pero Amanda es hermana de Lucas?
-Hermanastra, odiada por todos. Esta familia  tiene muchas historias Clara y si te interesan, tengo un libro que cuenta toda su historia. Y el dato más importante, dicen que cada uno de esta familia tiene un punto flaco, como el talón de Aquiles, pues algo parecido. Cada uno es bueno en algo, Marcos en la fuerza, Amanda en el caos, Jasón en la manipulación de personas, y podría seguir así todo un día  También se dice que cada uno tiene un poder oculto, pero eso si que ya no es posible.
-¿De verdad cuentan todo eso?
Charlotte solo asintió mientras llamaba al telefonillo.
-Ahora sígueme y te daré el libro-Dijo algo nerviosa-, pero nadie puede saber que lo tienes.
-Charlotte, escúchame-La dije mientras ella empujaba una de las múltiples de la puerta para entrar al jardín- si me lo das ahora Amanda podría verlo.
-Es verdad-Estaba avergonzada-, te lo daré cuando sea lo más apropiado. Ahora ve a la habitación que te indicó Amanda, recoge tus cosas y yo mientras me cambio de ropa.
En cuanto entré en la casa vi a Lucas entrar corriendo en la habitación donde había dejado mis cosas. me acerqué sigilosamente y me quedé medio escondida, estaba hablando por teléfono.
-Ha roto una camiseta solo.
-...
-Y manchado lo demás... Esta niña es horrible. T-te dejo, Clara me va a matar.
-...
-Thanks.
Entonces decidí entrar y taparle los ojos mientras le daba unos besos en el cuello.
-Tu hermana me ha dado una buena bienvenida.
Lucas se giró y se quedó mirándome a los ojos arrepentido.
-Te juro que en cuanto podamos saldremos de aquí.
Yo solo le sonreí y le dí un beso en la mejilla, era lo único que podía hacer en esos momento ya que la niña me miraba desde la puerta.

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